Gifs Animados Estrellas (3)Siempre habrá una frontera donde haya mentes abiertas y manos dispuestas.

lunes, 25 de abril de 2016

★EL SACO DE CLAVOS.

Llamado a la Reflexión
Uno nunca sabe hasta qué punto puede afectar una palabra hiriente, por eso es que hoy les quise traer este cuento infantil que nos invita a reflexionar, el cual desconozco su autor, pero estoy segura que es una persona de una gran sabiduría que ha vivido la vida con los ojos bien abiertos. Dice así...
Había una vez… Así empiezan todas las historias...
Un joven que continuamente se enfadaba dominado por la ira y que frecuentemente insultaba duramente.
Un día, su padre le dio un saco con clavos y le dijo que cada vez que se enfadara y perdiera el control, clavara un clavo detrás de la puerta de su habitación.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.
El segundo día 33 clavos y a medida que transcurrían las semanas y el muchacho iba aprendiendo a controlar su rabia, clavaba menos clavos... Con el tiempo, descubrió que era mucho más fácil controlar su rabia que clavar clavos detrás de la puerta.
Llegó el día en el que pudo controlar sus enfados y dejó de clavar clavos, entonces fue a contárselo a su padre, la puerta estaba cubierta de clavos, y este le aconsejo que retirase un clavo por cada día que consiguiese dominar su ira.
Así lo hizo, los días pasaron y finalmente el joven fue a decirle a su padre que ya no quedaban más clavos que retirar de la puerta…
Entonces el padre, llevó al joven hasta la puerta y le dijo:
"Hijo mío, has trabajado muy duro, pero mira todos los agujeros que han quedado… Esta puerta jamás será como antes.
Lo mismo ocurre con las personas. Cada vez que descargas tu ira sobre alguien con palabras crueles y ofensivas, dejas una herida como ésta… No importa las veces que pidas perdón o que retires lo dicho, el daño ya está hecho y las cicatrices perdurarán por siempre. Recuerda que una ofensa verbal puede ser tan dañina o más que una ofensa física".

Realmente es una reflexión trascendental para nuestras vidas... No cabe duda de que las palabras son mágicas y tienen poder, mucho poder, las palabras son tan influyentes y persuasivas que pueden cambiar positivamente o negativamente a los demás en un instante, hay palabras capaces de dar vida  y otras que generan malestar, agresividad, tristeza... y hay palabras ofensivas que en la mayoría de los casos enfrentan y ocasionan distanciamientos insalvables entre familiares, las parejas, amigos, etc...
La palabra es un don y hay quienes las malgastan utilizándolas para ofender y herir solo por la rabia del momento sin pensar en las consecuencias, ignorando que las palabras dan su fruto y sus efectos negativos también vuelven a quien las pronuncia, porque tampoco hay que olvidar que el uso que hacemos de las palabras, también afectan a nuestros pensamientos, nuestras emociones y en definitiva a nuestro carácter y forma de actuar.
En cualquier caso, la ira es una pésima aliada y la peor compañera de viaje, daña a quien la tiene y todo lo que toca, siendo capaz de hacer pedazos todo tipo de relaciones en cuestión de segundos.
Bueno, al final me extendí un poco, espero les sirva mi opinión... y ya para terminar les dejo un gran pensamiento de Buda...
¡Hasta la próxima, cuídense mucho!
Aferrarse a la ira o guardar rencor,
es como beber veneno
y esperar que la otra persona muera
·Buda·

13 comentarios:

Ester dijo...

Mejor no tener que clavar clavos, suele haber una razón para enfadarse y dos para no hacerlo. Un abrazo

Unknown dijo...

Después de haber leído el texto, analizarlo y reflexionando sobre el,espero y deseo aplicar el control de las palabras ya que pueden repercutir mucho a una o más personas.
Creo que es un aprendizage que no tenía y no toda persona es tan inteligente como quisiera.
El cuento es agradable de leer,lo que me gustaría seria tener una cera indestructible para tapar los agujeros pero creo que con el cambio de la persona si que se pueden ir tapando los agujeros.
gracias Maribel.
Jaume.

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión y al mismo tiempo muy dura para los que tratamos de mejorar pero ya hicimos mucho daño y es imposible volver hacia atrás.
Saludos

Maria Reyes dijo...

No había tenido nunca la ocasión de leer este cuento, realmente es muy buena reflexión, es una de ésas historias que hay conservar para revisarla de vez en cuando. Las palabras dejan heridas y alejan a personas muchas veces queridas y el arrepentimiento no siempre alivia el daño causado.
Siempre trato de medir mis palabras a partir de hoy más.

Un abrazo.

Anna Morales Martinez dijo...

Sabia de ese cuento, siempre me impresionó por la forma que ese padre da a entender a su hijo que las malas palabras dichas con maldad y dañinas, pueden herir profundamente a las personas que van dirigidas, dejando cicatrices imborrables.
Afortunadamente otras cicatrices pueden suavizarse, pero siempre dejan huellas.
Tengamos en cuenta esta reflexión y miremos de pensar antes de ofender a nadie.
Felicidades Maribel, por este sencillo cuento pero tan eficaz.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Bonita reflexión.
Pero también es cierto que las puertas se pueden arreglar. Cuesta pero se pueden arreglar y dejar incluso mejor que origen. Tapar los agujeros con cariño y pintando para que no quede marca.
Siempre se está a tiempo de revocar el mal hecho.
Querer es poder.
Besazos de la mosca cojonera.

Jaume serra. dijo...

Hola Maríbel.
Respecto a este escrito anónimo yo ya lo había pensado y estoy totalmente de acuerdo.
saludos.

valentin dijo...

HOLA AMIGA MARIBEL,MUY BUENA REFLEXION BSS

★MaRiBeL★ dijo...

Los insultos, las palabras ofensivas y los arranques de ira perforan los sentimientos... así que podemos tratar de cambiar su apariencia exterior después del daño causado, pero la esencia interna de lo que es y de lo que debería ser, me temo que jamás será la misma.
Las cicatrices del corazón y del alma jamás se borran, solo aprendemos a vivir con ellas.

Viajar en mi nube dijo...

Hay que tener mucho cuidado con los clavos que clavamos, las cicatrices no se borran.
Besos y abrazos.

Unknown dijo...

Hola Maribel.
Creo que el comentario es correcto.
Opino que también depende de la base de la Amistad,y un poco del ser más o menos rencoroso o el querer reconciliar la amistad o no.
Todos sabemos que la mayoría de amistades en un momento casi siempre se han discutido.
Creo que los dos lo pasan mal de una u otra manera.
También considero que en caliente se puede ir a hacer mucho daño,y pienso que tiene de pasar el tiempo para que se arregle o ya no se arregle jamás el suceso.
Creo que lo que se dice realmente puede hacer muchísimo daño,pero a la vez también valoro el paso de pedir perdón de todo corazón.
Lo que es muy correcto es respetar la decisión de la otra persona.
Saludos
Jaume.

Inma_Luna dijo...

No me gustan los clavos pq aunque se pueden utilizar para los demás te puedes acabar clavandotelos tu...
Muchos besitos

Anna Morales Martines dijo...

Chicos que no os enterais!!! dejar de arreglar puertas por mas bonitas que queden.
Es un ejemplo del pequeño cuento´
Las palabras que hieren gente tóxica y dañina no agujera puertas, hieren al corazón y dejan cicatrices tan grandes que difícilmente se cierran dejando huellas que ni el tiempo logra liminar. Asi pues miremos antes de hablar de no ofender a nadie si no queremos perder amistades.