★LAS DECEPCIONES.

¿Y quién no ha sufrido una decepción?

Por mucho que queramos evitarlo, la vida nos depara decepciones de todo tipo, pueden ser amorosas, amistosas, familiares o con nosotros mismos. No hay antídoto ni medicinas para la decepción y es que a veces las cosas no siempre salen como esperamos...

Sin lugar a dudas, las peores y mas dolorosas decepciones siempre llegan de la mano de las personas que más confiamos, esas personas que revoloteaban a tu alrededor y que eran para ti como el aire que respirabas, pensabas que conocías a esa persona como a ti mismo y de repente, un día cualquiera, rompe con todos tus esquemas y te da la espalda con la peor de las jugadas, la traición, la ingratitud o simplemente porque ya no encajas en su nueva vida o circunstancias, y te dejan ahí  petrificada con sus desaires, silencios, ausencias o argumentos. Un trago amargo, sí... y difícil de digerir...

▼

·EL SÍNDROME DE LA DECEPCIÓN·

En este vaivén de las decepciones, como observadora del mundo que me rodea, si hay algo de lo que me he percatado desde hace tiempo, es de que hay personas que viven constantemente decepcionadas, nada ni nadie parecen lograr cumplir con todas sus expectativas, apuntan alto y a todo le ponen "pegas y peros", suelen ser exigentes y muy selectivas, (tanto hombres como mujeres) a la hora de buscar pareja tienden a ir a por el "mejor partido o el mejor postor"; en cuestión de amistades, también son exigentes demandantes de todas esas cualidades con las que se adereza una buena amistad...

Y por supuesto que todos tenemos expectativas y somos más o menos exigentes, es inevitable, pero hay un cálculo que nunca falla:

Las decepciones crecen al mismo ritmo que las exigencias.

Asimismo por desgracia, los demás tampoco renuncian a exigir y es entonces cuando se entra en una espiral de requerimientos e insatisfacciones. Otro dato también curioso, es que ante tantas exigencias, muy rara vez hacen hincapié en lo que ofrecen al entablar una amistad o formar una pareja. De hecho, existen tantas personas que tienen el gran defecto de no ser recíprocos entre aquello que demandan y aquello que ofrecen... Y así es muy difícil construir nada verdaderamente valioso.

Y es que siempre tendemos a pensar en lo mucho que tienen que hacer los demás por nosotros, cuando más bien tendríamos que pensar y sobretodo saber qué podemos aportarle nosotros a los demás.

 ▼

YO Y MI TENDENCIA A VER

EL LADO POSITIVO DE LAS COSAS 

Pero decepcionarse tampoco es malo, en ocasiones una decepción es la señal inequívoca de que estabas dirigiendo tus pasos en una dirección errónea, más vale llorar un rato que toda la vida... Así que no nos queda otra que adaptarnos sin dejar de ser nosotros mismos y aceptar que todo tiene un comienzo y un final y que a veces no sólo es cuestión de pasar página, sino de cerrar el libro entero.

Es cierto, que navegar en medio de este mundo loco donde impera lo efímero, la superficialidad y los intereses poco honestos, no es nada fácil, pero no por ello debemos permitir que una decepción nos deje caer en el abismo de la desconfianza y quedar estancados asumiendo que todas las personas son iguales.

Personalmente, yo prefiero confiar y tener esperanza en la gente aunque de vez en cuando me decepcione y sufra, que vivir con la angustia y el tormento de no poder confiar en nadie. 

Dicen que todo es un aprendizaje y sin lugar a dudas, de todo se aprende, de las personas que nos decepcionan con la traición, la ingratitud o por conveniencias también... te enseñan a no ser como ellas.

▲